jueves, 2 de enero de 2014

NADA MÁS















No fueron los años que duró la tormenta
ni aquel silencio cobijando las ideas, las malas ideas.
No tuvo la mañana latidos, ni los gritos fueron.

De sobra conocimos los vientos disecados
cuando el misterio azul dejó de serlo,
y reconozco que tu ruido me transformaba
lentamente
en el mutismo reservado a las gargantas estériles.

Tal vez la sombra de un relámpago tañendo mi pecho
dispuso a su antojo de todo lo que tuve,
quizá las huellas frías alertaron al tiempo por venir…
pero hoy pienso más y mejor debajo del adiós humedecido
y cada noche la gastada borrasca me dice que fui yo
sólamente
el cielo nublado de mi propio aguacero.


Liz Barrio

Enero 2, 2014.

2 comentarios:

  1. Muy bello, Liz, con un final espectacular.

    Un gusto pasar por tu hermoso Blog.

    Un fuerte abrazo
    Ana

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  2. Me encuentro con tu blog, Liz, y he aquí que sé un poquito más de ti, me detengo en el último poema, con un carácter confesional y versos que se retienen por la fuerza que les imprimes, con mucho sentimiento se deslizan por el interior de un paisaje que se oscurece mientras aumenta la belleza.

    Un abrazo, Liz, deseo que este nuevo camino que has abierto te aporte muchas satisfacciones.

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Gracias