A
las mujeres Coras
La cicatriz aún palpita, tela
de siglos
crisol de vírgenes
letargosmujer,
callado sol que a los colores de tu falda
pintas con nieve de los sueños antiguos
nativa y niña,
madre-hermana-señora de
huella discreta,honda pupila con viento del canto serio
delicado,
que entierras soledades y heridas
en un sólo instante
la pureza habló con la
miseria, las raíces fueron selvas devorándose leyendas y ritos
cuando el más alto estruendo hizo de tu lágrima
pagana fiesta
-Antaku- ya no es
descubrir,
inaugurarse al pórtico donde
el futuro es impureza sin fe ni certeza
porque de tu incienso
respiran tus manos abiertas
y sientes la sonrisa de
los dioses vistiéndote de huracanes vivos y centelleantes
eres ventana trenzándose los cabellos
con el verbo arcaico y limpio,tradición pronunciando águilas y amaneceres
en el talle de tu memoria y tu pueblo
honras tu piel al
tornasolado estruendo en tu voz
eres umbral singular,sed y acento, hilo de fiesta que sabe a historia
y a lágrima del tiempo.
Septiembre 2009
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