Recuerdo a un soldado de caballería
vestido de miel blanca,con su traje de fiesta y luces
escarlatas.
Recuerdo un teatro que terminaba
en el milagro fabuloso de la poesíay unas palabras fuertes y jóvenes
revoloteando entre fanfarrias.
Conozco el orgullo de unas cuantas páginas
donde me senté a besar los sueños,donde floreció, más de una vez,
la sabiduría ilusoria y abierta
en el escenario del encuentro.
de un giro de tus labios,
pálidos follajes que se alimentan
de un triste recuerdo,
farsa pobre de desnudeces
que se me antoja también
vacía de verdades impacientes
Se vuelve al principio con imágenes líricas
e infinitas,con vanidades de humo y plumas enjoyadas
que se quedaron estériles sobre la mesa.
Adiós es una despedida incandescente
en la que te entrego el cristaldonde no volveré a reflejarme.
Adiós es esta noche de pesadilla
que, inútilmente,se deshoja incinerada
en el insensible vacío apuñalado.
Liz Barrio
2009
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