A
mi tía,
la
más querida,
Ema.
Es tan desolado el balbuceo de mis adentros
es un ruido bruno y frío,
traigo arrastrando el rezo que no sirve
el llanto abigarrado
el ciego silencio,
tan agostado y afligido.
Que te quiero,
te quiero y aprisiono al desconsuelo,
porque me duele el ruego
que no concede que te fuiste
así
con la despedida permanente.
Y yo que pretendo explicaciones
yo que no sé por qué palidece
mi ángel que eres y eras
aún pretendo darme esta lágrima rota
y darte mi súplica larga
y tonta.
Te me moriste
y mi amor se apresura a alcanzarte
porque de nada vale
su prisión del corazón
que no puede resignarse.
Sin consuelo, con el golpe en las entrañas
la desgracia abrió su nombre
y me lo ha mostrado,
abrió el dolor inmenso la boca
y dijo con estridencia:
He vuelto,
volví
y me he quedado...
Te me moriste
y mi amor se apresura a alcanzarte
porque de nada vale
su prisión del corazón
que no puede resignarse.
Sin consuelo, con el golpe en las entrañas
la desgracia abrió su nombre
y me lo ha mostrado,
abrió el dolor inmenso la boca
y dijo con estridencia:
He vuelto,
volví
y me he quedado...
Liz Barrio
Octubre, 15, 2012.
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Así se suscita la sensación de la partida, y permanece como un témpano de hielo ardiente en la cabecera de nuestros insomnios. Amor debemos a los que se nos adelantaron. Deber de amar es lo que nos queda adentro. Sentidas palabras las suyas amiga.
ResponderEliminar"Deber de amar", bello, muy bellamente lo dices.
EliminarAbrazos, poeta
Uno es así, la suma de las luchas y la vida hecha polvo y recogida y resplandecida en un botecito translúcido como crisálida de mariposas. Uno es la afrenta contra la muerte que lleva detrás desde el día en que decidió retarla cuando llegó a esta vida pataleando, balbuceando y llorando la extraña felicidad de los que en este lado del sol moramos. Uno es también el mal y mucho de la cura. Uno fue uno contra el enemigo, y uno es lo que es gracias a ese desdichado. Contados son ya y comienzan a ser escandalosos también los casos de cáncer en mi familia. El tío nacho, la tía maría que se nos fueron, y la mamá y las dos tías que supieron salir y dar batalla y aprender del dolor y de la afrenta. Entiendo su estado, o en todo caso poquito, pq lo asimilo desde el frente de los cercanos que también se quebraron y se preguntaron porqué esa cruz o esa prueba sobre nuestra estirpe. Y pasa que pasa que sabemos que la vida es esto que tenemos hoy mientras tenemos el lujo de poder platicarnos. Enhorabuena su tan chingón poema amiga. Le mando un abrazo, y aunque distantes andamos, la quiero hija, la quiero mucho.
ResponderEliminarUn gran sentimiento se refleja en los cristales de esos versos tan emocionados por la profunda pena de la pérdida de un ser tan querido y el trágico sendero dela muerte. Sin duda un gran poema a medida del gran corazón que lo genera.
ResponderEliminarBesos fuertes como abrazos, dla htc.
Te echaba de menos en este espacio, mi queridísimo Pedro. Gracias por tus palabras de comprensión y compañía, gracias por tu generosa amistad y tu cariño.
EliminarBesos fuertes como abrazos también para ti, dmc, htc
Poeta,
ResponderEliminarDe más está decir que me han llegado profundamente tus palabras y que las agradezco y aprecio mucho. Tienes razón al decir: "...la vida hecha polvo y recogida y resplandecida en un botecito translúcido como crisálida de mariposas.", porque ciertamente, así se presenta en toda su pequeñez (aparente) y su magnificencia (también aparente).
Gracias, repito, por detenerte en este espacio y hablar tan bellamente sobre mis dolidas líneas.
Se te quiere igual. Un beso