Soy la yerba
en un rincón
a la sombra del mundo.
Soy la ceniza improcedente
que se entierra en el tiempo.
Soy la sangre
el pétalo
la herida
y también
el cuarto de hora
que liberó a la tristeza
mientras dormía.
Soy la grieta
donde inútil
es la alternativa
el destello que se apaga
la otra orilla.
El lagrimeo pavoroso
el vértigo indefenso y torpe
distancia y mancha
disgregación deforme.
Soy
la fuga en mi bemol
a tres cuartos
a seis octavos
soy la hora cerrada
y la cifra
la sed
la danza
la utopía
y un poco
sí
la que intuye
su muerte sin fallo
ni erudición
impasible y precisa.
a tres cuartos
a seis octavos
soy la hora cerrada
y la cifra
la sed
la danza
la utopía
y un poco
sí
la que intuye
su muerte sin fallo
ni erudición
impasible y precisa.
Liz Barrio
Octubre, 18, 2012.
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