sábado, 15 de junio de 2013

SÍSTOLE/DIÁSTOLE













¿Cómo podría el latido anular la hostil sombra?
¿Cuántas veces bastó la embriaguez de las sístoles titánicas
si natura dispensaba tiempos inmaduros y remisos?
Privada de cautela una curda escarlata
fue la imagen crepuscular y tosca del destino,
el pulso victorioso rodeó los sentidos y el pecho rechazó nobleza,
amor y libertad porque antaño
millones de pálpitos fueron brillo del crepúsculo
y deleite ligero en la sangre ficticia.

En el grito sordo de aquel latido no quise cobrar la deuda inútil.
¡Ah linfa entrecortada, síndrome de la circunstancia!,
tu risotada, macerada a contrafuego, me recordó otra mentira…

La diástole contrahecha del corazón de mi corazón
ya desnuda, ya callada se ha marchado
sobre el velo de un sentimiento perdido.


Liz Barrio

Junio 15 del 2013.

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