“Guardaos de poner a otro sobre la pista de
vuestros dolores; las lágrimas no sirven más que
para entretener la curiosidad de los que miran.”
Alejandro Dumas
Para morir, sólo esta noche, morderé al aullido que árido
regresa,
el zigzagueo de tinieblas besando lágrimas, los fósiles
inevitables del deseo original.
Con locura, para el amor
he de arrancar una ola de sal imperturbable
bajo el dibujo de tus abrazos que recordaron y luego
desertaron.
Un tallo, la raíz y el fruto que fueron desperdicios del
acaso,
el incendio enamorado, la brevedad del gemido,
el cariño ascendiendo por esa melodía breve donde ahogamos
la voz y su miel.
En el cuello, en la palma de esta mano, aún habita la herida
del gozo primitivo
(aliento gastado del alma en fuga), y el vaho donde dibujé la
rosa letal
como ensayo a la razón que no entiende el sueño funesto y
redentor
que tanto me quiere.
Liz Barrio
26, Junio, 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias